El mantenimiento de un mural de graffiti depende de varios factores, como los materiales utilizados, la ubicación (interior o exterior) y la exposición a condiciones climáticas. En general, se recomienda:
- Limpieza periódica: Quitar polvo o suciedad con un paño suave y seco o ligeramente húmedo, evitando productos químicos agresivos.
- Protección contra el sol y la lluvia: Si el mural está en exteriores, la aplicación de un barniz o sellador protector ayuda a preservar los colores y proteger contra el desgaste.
- Reparaciones menores: Con el tiempo, pueden surgir pequeñas áreas desgastadas que necesitan retoques para mantener la frescura del diseño.
- Prevención de grafitis no deseados: Existen productos anti-graffiti que pueden aplicarse para facilitar la limpieza de actos vandálicos.