La hamburguesería Malasogra, en Bertamiráns, ha reinventado su propuesta. Combina gastronomía de calidad con diseño urbano, creando un espacio único. Este proyecto de decoración integral transformó el local en un lugar que respira graffiti callejero y estética industrial. El resultado es una experiencia visual y sensorial que sorprende a los clientes.

El trabajo artístico se realizó íntegramente con pintura spray. Las paredes destacan por su variedad de elementos de graffiti, como firmas, tags y personajes clásicos. Cada rincón del local cuenta historias urbanas que conectan con la esencia de la cultura callejera. Además, para aportar mayor originalidad, se intervinieron esculturas ya existentes. Estas piezas fueron vandalizadas de forma intencionada para integrarlas en la decoración general, creando un conjunto impactante y coherente.

La transformación no se limita a las paredes. La decoración incluye elementos propios del diseño industrial, como andamios y estructuras metálicas. Estos detalles aportan un toque moderno que contrasta y complementa la esencia urbana del graffiti. Esta combinación convierte a Malasogra en un espacio donde lo industrial y lo callejero se encuentran en equilibrio.

El ambiente está pensado para quienes buscan algo más que gastronomía. Malasogra ofrece una experiencia completa. Los clientes no solo disfrutan de hamburguesas excepcionales, sino también de un entorno único que invita a relajarse y disfrutar del arte en un contexto cotidiano.

Este proyecto demuestra el poder del diseño interior. Más allá de lo funcional, Malasogra destaca por su personalidad y estilo. Su oferta culinaria, junto con su atrevida estética, crea una experiencia que marca la diferencia. Este enfoque innovador posiciona a Malasogra como un referente en Bertamiráns, un lugar que combina sabor y creatividad en cada detalle.