Este mural, pintado en Brión para un cliente particular, captura el entorno natural de la localidad con un toque fantástico. El objetivo era crear una obra que reflejara el paisaje, pero con colores alegres e intensos que dieran vida a la escena. Desde el principio, el propietario quería un mural que combinara elementos reales con un enfoque más imaginativo, logrando una fusión entre lo natural y lo fantástico.

El castillo de Brión, un símbolo importante del lugar, aparece integrado en la composición. Aunque tiene un toque artístico y fantasioso, el castillo conserva su esencia, respetando su valor como icono local. Rodeado de colinas y vegetación, se presenta de una manera mágica, evocando un paisaje casi de cuento, que invita a ver Brión desde una perspectiva distinta y creativa.

Para el desarrollo del proyecto, se presentaron varios bocetos al propietario. Tras escoger el diseño que más se ajustaba a su visión, se comenzó con la preparación del muro. Primero, se aplicó imprimación y pintura plástica, que aseguraron la durabilidad del mural frente al clima. Luego, la obra se ejecutó utilizando pintura spray, lo que permitió jugar con efectos de color vibrantes y detalles precisos.

El proceso fue fluido y orientado a lograr una pieza de arte que no solo decorara el espacio, sino que también añadiera un nuevo aire al entorno. La combinación de colores intensos y el toque de fantasía transformaron el paisaje, haciéndolo destacar. El resultado final es un mural que no solo embellece el lugar, sino que también añade una dimensión mágica a Brión, convirtiéndolo en un rincón que invita a soñar.

Este mural ha logrado capturar tanto la identidad de Brión como la visión artística del cliente, fusionando ambos en una obra única.