Este proyecto consistió en la creación de un mural de graffiti diseñado para el salón de un cliente particular. El diseño se inspiró en la estética de un paisaje japonés, utilizando tonos suaves y equilibrados, con pequeños detalles de color que complementan la decoración y el estilo general del hogar.

Proceso de Diseño

El proceso comenzó con la elaboración de varios bocetos iniciales para explorar diferentes composiciones y elementos visuales. El cliente estuvo involucrado en cada etapa, revisando y ajustando los diseños hasta definir la versión final. Esto permitió que el mural reflejara tanto las preferencias personales del cliente como la armonía con el entorno del salón.

El enfoque principal fue desarrollar una composición que se integrara en el espacio, respetando la disposición del mobiliario y las características del hogar. Los elementos del paisaje, como montañas y vegetación, se seleccionaron con cuidado para mantener un equilibrio visual y funcional dentro del espacio.

Técnica y Materiales

El mural fue pintado con pintura plástica de alta calidad, aplicada con pincel y brocha. Esta técnica permitió obtener transiciones suaves y detalles bien definidos, adecuados para un entorno interior. Los tonos empleados fueron seleccionados para generar una atmósfera cálida y relajante, en consonancia con el resto del salón. Los pequeños detalles de color aportaron dinamismo sin romper la coherencia cromática del espacio.

Resultado Final

El mural se convirtió en un elemento visual que aporta carácter al salón sin desentonar con su decoración. La combinación de tonos suaves y detalles estratégicos de color permitió que el diseño se integrara en el ambiente general, enriqueciendo el espacio de forma funcional y estética. Este proyecto refleja cómo un mural puede aportar un toque personalizado a un hogar.

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